jueves, 18 de julio de 2013

Distrofia Progreidea


Distrofia Progreidea

Tras el asesinato del Presidente de Gobierno, Almirante Carrero Blanco, narra Santiago Carrillo que sobre las siete de la tarde recibe su primera llamada desde Madrid en los últimos más de treinta años. Se trataba de Antonio García López quien se presenta en nombre del Jefe del Estado Mayor para trasladarle en primer lugar que se manifiestan contrarios a las prácticas terroristas y seguidamente que, en nombre de la persona que «está detrás de él», no iba a haber represalias en Madrid. 

Sin mencionar haber sentido conmoción alguna por el magnicidio o el temor de que la acción pudiese dar al traste con los cambios que se iban gestando en el seno del régimen, Santiago Carrillo expresa: Algo estaba cambiando en España cuando esa tarde después de la muerte del Jefe del Gobierno se producía una llamada tan impresionante.

Torcuato Fernández Miranda asume la presidencia en funciones y se configura un trío de aspirantes a la sucesión entre los que sobrevuela en forma de medio aspirante Carlos Arias Navarro. Este último, responsable de la seguridad del presidente asesinado, será finalmente el elegido, siendo tachado por la prensa extranjera y por la oposición al régimen de continuador del franquismo. 

Salvo que hubiesen sido nombrados sucesores del Almirante: Santiago Carrillo o en su defecto y a título póstumo el mismísimo Carlos Marx en coalición con Kropotkin, la Izquierda habría pensado y manifestado que se trataba de cualquier acérrimo seguidor del franquismo. Aún hoy, todo lo que no sea un gobierno rigurosamente socialista o alguna escisión coaligada con IU será calificado de caverna de ultraderecha pergeñada por Franco con el apoyo de la Iglesia Católica para impedir el progreso de la humanidad.

¿El progreso de la humanidad? En mi concepto, el progreso esgrimido como parte substancial de una ideología política o como un fin, constituye per se un verdadero camelo utilizado por las oligarquías desde tiempos remotos para justificar la necesidad de expoliar al ciudadano mediante el control del erario público. En este sentido, el progresismo supone en términos de realidad una marcada distrofia social que manifiesta que el verdadero objeto que persigue la administración de los recursos de la Nación, sobre esta base, es la del enriquecimiento personal amasado en torno a grandes fortunas.

Pero, repasemos la presencia de la doctrina progresista en el marco de los diferentes regímenes durante los últimos dos siglos:

Regencia de María Cristina de Borbón-Dos Sicilias (1833 - 1840): Liberalismo progresista, Moderantismo (Liberalismo conservador-doctrinario).

Regencia Provisional y Regencia de Baldomero Espartero (1840 - 1843): Liberalismo progresista.

Mayoría de edad de Isabel II (1843 - 1868): Liberalismo progresista, Centrismo-Liberalismo, Moderantismo (Liberalismo conservador-doctrinario).

Junta Provisional Revolucionaria, Gobierno Provisional y Regencia de Serrano (1868 - 1871): Liberalismo progresista, Centrismo-liberalismo.

Amadeo I de Saboya (1871 - 1873): Liberalismo progresista-radical, Liberalismo progresista, Centrismo-liberalismo.

Primera República Española (1873 - 1874): Republicanismo federal, Republicanismo unitario, Liberalismo progresista.

Reinado de Alfonso XII (1874 - 1885): Liberalismo progresista, Liberalismo conservador.

Reinado de Alfonso XIII (1886 - 1931), Regencia de María Cristina de Habsburgo-Lorena (1885 - 1902): Liberalismo progresista, Liberalismo conservador.

Mayoría de edad de Alfonso XIII (1902 - 1931): Liberalismo progresista, Liberalismo conservador. Régimen Militar.

Segunda República Española (1931 - 1939): Marxismo, Izquierda republicana, Centro republicano, Derecha republicana. Régimen Militar.

Segunda República Española en el exilio (1939 - 1977): Marxismo, Izquierda republicana.

Dictadura (1936 - 1975): Nacional-sindicalismo. Régimen Militar.

Reinado de Juan Carlos I (1975 - ): Socialdemocracia, Centrismo, Liberalismo conservador.

Adicionalmente, en diciembre de 1972, Gustav Heinemann presidente de la República Federal de Alemania y miembro del SPD recibe al príncipe Juan Carlos de Borbón bajo la sospecha de tratarse de un príncipe franquista. Sin embargo el socialdemócrata Heinemann queda muy satisfecho tras el encuentro con el aspirante a monarca al manifestarle éste que él «quería ser el Rey de una república». Se trata finalmente, la Transición española, del cambio en la tendencia ideológica de una Dictadura Nacional-sindicalista hacia una Dictadura Socialdemócrata.

J. M. Mora

sábado, 13 de julio de 2013

Alternancia


ALTERNANCIA

En la Guerra de las corrientes, Nikola Tesla se impone a Edison. El suministro de energía eléctrica utilizado de manera generalizada en nuestros días tanto para los hogares como para la industria se efectúa en corriente alterna.

400 años a. de C. Tales de Mileto nota que la barita de ámbar adquiere tras ser frotada durante un tiempo la propiedad de atraer objetos livianos. Se trata del descubrimiento de la electricidad. Tendremos que esperar hasta el siglo XVIII para que gracias al estudio de la inducción electromagnética aportado por Faraday se llevasen a cabo los primeros experimentos con el fenómeno de la mano de Volta. Desarrollador de la pila eléctrica, Volta produce por primera vez corriente continua mediante un electróforo perfeccionado a partir del inventado por J. C. Wilcke. 

Desde el continente europeo, Nikola Tesla fue presentado al propio Edison quien le contrató solicitándole que fabricase un nuevo generador eléctrico. Thomas Alva poseía varias patentes relacionadas con la corriente continua. La inventiva de Tesla reportó en corto espacio de tiempo excelentes triunfos que le llevaron a reclamar una prima por sus aportaciones. Sin embargo su petición fue desatendida, Nikola abandona su labor viéndose relegado a cavar zanjas en New York para poder mantenerse. 

Poco después Tesla defiende las virtudes de la corriente alterna frente a la continua, estableciéndose la guerra de las corrientes que produce su definitiva victoria sobre Edison. Entre otras mejoras, la alterna permitía el transporte de grandes potenciales a baja intensidad mediante cables de sección cien veces menor que la que se requería para la continua. Considérese que las calles recorridas por el tendido eléctrico anterior llegaban a albergar tal cantidad de redes y tan espesas que la luz del sol apenas alcanzaba a penetrarlas.

La socialdemocracia podría ser aceptada como la fórmula ideológica mágica a través de la cual el hombre finalmente consiguió organizarse de manera definitiva estableciendo las bases de la perfecta sociedad. Una sociedad y un mundo feliz en el que ya no hay que pensar porque la Agencia Tributaria en su honestidad sólo nos despojará de lo rigurosamente necesario para que la nave de todos nos conduzca, sin apenas esfuerzo, hacia ricas costas donde satisfacer nuestros apetitos obnubilados por la presencia de angelitos rubios que tocan el arpa semidesnudos.

Pero también podría ser asumida así cualquier otra ideología circunscrita a un sistema de gobierno dado. Efectivamente, el mejor de los sistemas creados por el hombre no será mejor que el mejor de sus individuos. Empero el marco que nos contempla es el de la imposición ideológica sea cual fuere su orientación como modelo de pensamiento único. Una corriente continua que cursa el final de la cuarta década de su implantación. 

La pretendida alternancia bajo el marco monárquico se escapa al principio de no contradicción y constituye un absurdo aberrante impropio del hombre. Balar, bala el ciudadano sumiso bajo la jaula de un ideario impuesto. Pero bala también el gobernante iluso que apenas alcanza a sacar el brazo entre las rejas. 

J. M. Mora

sábado, 6 de julio de 2013

Sozialstaat

Socialstaat

«Vosotros no sabéis por qué me matáis, pero yo si sé por lo que muero: ¡Para que
vuestros hijos sean mejores que vosotros!» Ramiro de Maeztu.

Comenzaré negando la premisa inicial que sostiene falsamente nuestro Estado:
Suele afirmarse en los medios de comunicación que vivimos en un Estado
Democrático. Sin embargo, «en» España no se constituye un Estado Democrático.
Es España la que según nuestra Primera Ley «se constituye en un Estado social y
Democrático» Y así, nuestro Estado no es un estado democrático. Pero lo que es
más, se produce una aberración democrática toda vez que es España la que se
constituye en un Estado y no el Estado el que es constituido en España para
salvaguardar los derechos ciudadanos.

El Estado es una configuración estructural de Ley, marginal de la Nación, en el
sentido de que la Nación; como la propia España, son conceptos preexistentes a
Estado alguno y de aquí la consideración de antidemocrática de nuestra fórmula.
Dado que la Democracia implica el poder que emana de la Nación. Y cómo puede
emanar de la Nación poder alguno si toda ella ha sido constituida inicialmente en
un Estado. Cabría pensar otra cosa si la expresión hubiese sido —En España se
constituye un Estado Democrático.

Un Estado no puede ser democrático y monárquico simultáneamente salvo que en
lo que se haya constituido sea en un camelo en el sentido de discurso
intencionadamente desprovisto de coherencia. Considero además que nuestro
Estado es un estado que implanta por mandato sancionador, ejercido por el
monarca, una forma ideológica polarizada de carácter socialdemócrata.

Los conceptos de «Estado social», «Monarquía social» y «Estado social y
Democrático» son conceptos polarizados ideológicamente. Ningún Estado puede
auto proclamarse democrático cuando manifiesta una ideología política impuesta
desde la propia Constitución, alcanzando ésta a mi parecer el cuerpo de un
auténtico panfleto político sin carácter constitucional que merezca el respeto de
una sociedad que aspira a ser gobernada con la alternancia política subsecuente
y propia de las democracias.

Por si resulta esclarecedor, en cuanto a la consideración de «España como
concepto discutido y discutible», el lexema spn en el fenicio como en el hebreo se
puede leer como saphan (conejos). De modo que cuando hablamos de España
hablamos de un territorio geográfico pero también de sus habitantes o nacionales:
Por eso, Tierra abundante de conejos.

Lorenz von Stein, introduce el Sozialstaat al objeto de evitar la revolución. En su
obra destaca su Historia de los Movimientos Sociales Franceses desde 1789 hasta
el Presente (1850). El hilo conductor del Sozialstaat es la reforma, la reforma
social como vehículo que impedirá el ascenso de las clases sociales de estratos
bajos mediante la revolución a través de la implantación de una «Monarquía
Social».

Se puede deducir de lo expuesto el interés que alberga la monarquía española de
instaurar en España por mandato un Estado Socialdemócrata. Un estado que
persigue de forma prioritaria la perpetuación de la monarquía en un Jardín de las
Hespérides conspicuo mientras siembra semillas de derecho social que serán
diseminadas en el tiempo adecuadamente en pro de evitar el estallido social,
manteniendo así un estatus imperecedero que es contrario por la ausencia de
alternancia al devenir evolutivo natural del hombre.

El Diccionario Enciclopédico Práctico Parramón, define Socialdemocracia como:
Nombre dado a la tendencia ideológica y al conjunto de los partidos políticos que
propugnan una evolución reformista gradual del sistema capitalista, dentro de una
democracia parlamentaria, para llegar a la implantación del socialismo. Si
analizamos cómo se definen políticamente los partidos que se reparten el poder
mayoritariamente en España: PSOE y PP, comprobamos que el primero es sin
duda y así lo expresa en sus propias siglas un partido socialista. El segundo se
auto define desde la segunda mitad de la década de los noventa como una
organización política de Centro reformista, si bien las agrupaciones que le
anteceden también poseen carácter centrista.

Considero que si una formación política en sus estatutos se define como socialista,
pongo por caso, y a lo largo de su trayectoria política va faltando a sus propios
principios hasta terminar desarrollando un modelo político capitalista, no por ese
motivo debemos llamar a este partido, partido de Derecha, sólo porque haya
faltado a sus propios ideales. Seguirá siendo un partido socialista con una
conducta engañosa, pero socialista en definitiva. Ocurre lo mismo con el partido de
Centro reformista.

Manifestar que el PP es la Derecha española, o que es una organización de
Centro Derecha, como es habitual escuchar en los medios, es faltar a la verdad y
engañar a los ciudadanos. Se trata de un partido de Centro reformista y el
reformismo es el instrumento que utiliza la socialdemocracia para la implantación
del socialismo. De manera que el tándem PP-PSOE conforman una verdadera
unidad socialdemócrata estatal, impuesta como ideología política a través de la CE
de 1978.

J.M. Mora